Y ahora sólo suplico suplicar por nada, 

sólo para estar aquí, junto a tu imagen moribunda, 

para seguir aprendiendo que todo dolor es nada 

pero Puerta Santa llave de la puerta Santa. 

(Oración al Cristo del Calvario por Gabriela Mistral)

Nuestro espíritu se conmueve profundamente cuando entramos en el misterio del dolor y la muerte de Jesús en la Cruz, pero sólo uniendo nuestra existencia a este dolor nuestra vida se transforma. 

En este tiempo de esperanza descubrimos que las heridas, el dolor, la soledad y el corazón traspasado, son la Puerta Santa a la vida nueva en Jesús. 


Sólo pido no pedirte nada,

estar aquí, junto a tu imagen muerta,

ir aprendiendo que el dolor es sólo

la llave santa de tu santa puerta. 

(Oración al Cristo del Calvario di Gabriela Mistral)

Nuestro espíritu se conmueve hondamente al entrar en este misterio del dolor y la muerte de Jesús en la cruz sin embargo es solo uniendo nuestra existencia a este dolor que nuestra vida se trasforma. 

En este tiempo de esperanza descubrimos que las heridas, el dolor, la soledad, el corazón traspasado son la Santa Puerta hacia la vida nueva en Jesús.  


Ti chiedo solo di non chiederti nulla,

di essere qui, accanto alla tua immagine morta,

per imparare che il dolore 

è solo la chiave santa della tua santa porta. 

(Preghiera al Cristo del Calvario di Gabriela Mistral).

Nuestro espíritu se conmueve profundamente cuando entramos en el misterio del dolor y de la muerte de Jesús en la cruz, pero es sólo uniendo nuestra existencia a este dolor que nuestra vida se transforma. 

En este tiempo de esperanza descubrimos que las heridas, el dolor, la soledad, el corazón destrozado son la Puerta Santa de la nueva vida en Jesús.  


Sólo te pido a ti

que está aquí, al lado de su imagen muerta,

para aprender que a dor 

es sólo la llave sagrada para su puerta sagrada. 

(Oración al Cristo del Calvario, de Gabriela Mistral).

Nuestro espíritu es profundamente tocado cuando entramos en el misterio del dolor y de la muerte de Jesús en la cruz, pero es sólo cuando unimos nuestra existencia a ese dolor que nuestra vida se transforma. 

En este tiempo de espera, descubrimos que las heridas, el dolor, la solidaridad y el corazón perfeccionado son la Puerta Santa para una nueva vida en Jesús.

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