Hacía tiempo que deseábamos ser "visitados" por nuestra hermana Diane; son esas visitas que tanto deseas y que por una razón u otra no se dan tan a menudo. Pero esta vez nuestro deseo se cumplió y fuimos "visitadas", lo digo en plural porque con ella vinieron ilusiones, charlas "de dos en dos" o juntas, discernimiento y reflexión de nuestro camino desde otro punto de vista; todo esto trajo con su visita, además del cariño y los saludos de las hermanas de Estados Unidos.
Fue un encuentro como el de María e Isabel, un encuentro de hermanas, de personas que se conocen, que se aprecian, que son "familia".
O un encuentro como el de Jesús y Lázaro, donde nos quitamos las vendas para poder seguir caminando en esta exigente realidad nicaragüense. Nos curamos mutuamente y nos hicimos más compañeras de camino.
Creo que también fue un encuentro de alegría, como el de Zaqueo y Jesús, hicimos fiesta, comimos, compartimos y celebramos porque con Diane recibimos la buena noticia de que somos mucho más que las hermanas "menores" que somos en este país. Estamos unidas en espíritu y en verdad más allá de las fronteras y de las limitaciones humanas.
Y así nos hemos quedado, con el corazón lleno de alegría, fuerza, coraje, esperanza y paciencia: ¡sólo nos queda seguir! Aquí el Reino tiene que seguir caminando descalzo, al ritmo de Dios y con el sabor de la gente.
Gracias Diane por tu visita, no ha sido sólo ver y oír a los niños, a la gente; también ha sido resiliencia, aprendizaje de ambas partes, una pedagogía que nos hace encontrar la paz interior que tanto necesitamos. Gracias por tu visita a nuestras realidades, creo que las "partes" quedaron enriquecidas y agradecidas al buen Dios por este regalo.
Diane, desde este rincón de Pochocuape, Managua, pedimos al Espíritu de Dios que te conceda la gracia de la sabiduría y la caridad para acompañar a esta Provincia del Instituto.
Y que María de Guadalupe sea la Madre que vela por nosotros y nos consuela: "Que no se entristezca tu corazón... ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre...?

(cfr. palabras de la Virgen a Juan D. 1531).

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