"Esperamos que llegue el momento en que el poder del amor sustituya al amor del poder. Entonces nuestro mundo conocerá las bendiciones de la paz".
~ William Gladstone

La entrada de Jesús en Jerusalén montado en un burro fue la continuación de su campaña pacífica para enseñar el poder del amor sobre el amor al poder. También fue la acción que condujo a su arresto y ejecución. Mientras entraba en procesión en la ciudad con una multitud de seguidores que gritaban "Hosanna al Hijo de David", al otro lado de Jerusalén, Poncio Pilato, montado a caballo, con armadura y acompañado de su ejército, marchaba para detener cualquier levantamiento o problema de los judíos durante la Pascua. Para Jesús, la procesión de las palmas era una procesión de humildad, paz y compasión, mientras que la marcha de Pilato era de orgullo, opresión y violencia.

¿Y los seguidores de Jesús en la procesión de las palmas? ¿Estaban en sintonía con Jesús o también buscaban el poder en lugar de la paz? El significado original de Hosanna era más un "por favor, Señor, sálvanos" que el grito de alabanza que entendemos hoy.¿De qué querían que Jesús los salvara? Miraban que Jesús, a quien habían llegado a creer que era el Mesías, les salvara de los romanos opresores, liderando una rebelión que derrocara a los romanos y devolviera a Jerusalén su antigua gloria. Esperaban el poder y el triunfo que el profeta Zacarías había predicho, que el Mesías vendría montado en un burro. Cuando se dieron cuenta de que su idea de gloria no era la que Jesús tenía en mente, sus gritos se convirtieron en "crucifícalo"a los pocos días. La gente que seguía ambas procesiones, la de Jesús y la de Pilato, estaban movidas por el amor al poder, no por el poder del amor que animaba a Jesús.
Este evangelio me lleva a pensar en las naciones y pueblos en guerra, ocupados o experimentando insurgencia terrorista en este tiempo y compararlos con Jerusalén. Puedo imaginarme a Jesús llorando por Ucrania, Afganistán, Sudán y otros, como lloró por Jerusalén cuando contempló la destrucción de la ciudad.
Jerusalén cuando contempló la destrucción de la vida, la paz y la esperanza. La ambición de poder, ya sea por parte de los romanos o de los judíos, o de ti o de mí, si es a expensas de los demás, nunca va a permitir que se destruya la vida, la paz y la esperanza de los demás, nunca nos permitirá florecer para llegar a ser plenamente humanos. Cada día hacemos la elección entre una procesión y la otra, entre el amor y el poder.
Si hubieras estado allí aquel día, ¿qué habrías elegido? Que aprendamos a elegir sabiamente y a amar poderosamente.

~ Gracias a Patricia Krasnausky, CLM por esta reflexión


Los apuntes de los retiros de Madre Cabrini nos ofrecen una visión única de su vida de oración y de su camino espiritual. Su diario incluye anotaciones hechas durante más de 40 retiros que se extienden desde 1887 hasta 1911. Actualmente disponible en inglés bajo el título Journal of a Trusting Heart (Pensamientos y Propósitos ), es aquí donde vemos la profundidad del deseo de la Madre Cabrini de amar y servir a Jesús. La siguiente nota - una oración, en realidad- fue escrita en 1895.

Cuando Jesús entró triunfante en Jerusalén, mucha gente buena había preparado un banquete, deseando invitarle a sus casas... Pobre Jesús, yo no soy digna, pero me gustaría que vinieras a cenar a mi casa. Pon tu mano sobre mi cabeza y enriquéceme con tu gracia para que pueda agasajarte bien. En la mesa, déjame ocupar un sitio de confianza a tu izquierda, para que pueda servirte bien y hacerte servir en todo. Entonces déjame apoyar mi cabeza en tu corazón para que pueda comprender todos tus secretos divinos y entender claramente todo lo que deseas de mí. Quiero hacer todas las cosas bien por ti. Haz que nunca te haga esperar a la puerta de mi corazón.

Al entrar en la Semana Santa, que nuestros corazones hagan eco de los deseos de Madre Cabrini de hacer todo bien por nuestro amado Jesús.

Santa Francisca Cabrini, ruega por nosotros.

Comentarios

  1. 1
    José Guilherme Lopes el 2 de abril de 2023

    Muito boa reflexão pensando bem, acho que nós humanos não sabemos ainda discernir o que queremos se é o Amor misericordioso de Deus, ou se é o poder violento e vingativo dos Homens.Salve Santa CABRINI.Feliz Domingo, Feliz Semana Santa.

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