Segundo día - Corazón de Jesús: Fuente de agua viva

Me convertiré en un manantial dentro de ellos,
brotando hasta la vida eterna. Juan 4:14

Oración del Salmo Cabriniano:

Oh Jesús, ¿cómo eres? Ojalá todos te conocieran!
¡Si revelaras tus secretos, volarían hacia ti en un instante!
Jesús mío, me encomiendo a ti, a tu maravilloso amor y bondad.
Yo soy la fuente, tú eres el arroyo.
Corre a cada región que te señale
para que mis aguas salvadoras obren maravillas en las almas.
Sólo tienes que permanecer conectado a la fuente.
Mis aguas salvadoras corren en todas las estaciones.
No temas nada; la ayuda sólo fallará cuando falle mi poder.
Todo lo que te pido es que seas fuerte en la fe.
Déjame el resto a mí. Ámame siempre con la sencillez de tu corazón,
y tu arroyo fluirá abundantemente con agua viva y cristalina.
Sepárate aunque sea brevemente de la fuente y tu arroyo se secará.
Gloria sea...

Francesca Cabrini, Diario de un corazón confiado

Lectura bíblica: Juan 4: 10, 13-14

Llamados a ser agua:
¿Cómo estamos llamados a ser agua para los demás, a dar de beber a los demás? ¿Estamos llamados a ser cubo, o camino al pozo, o el pozo mismo? ¿Estamos llamados a ayudar a los demás a descubrir su propio cubo o pozo, a encontrar o tal vez a despejar caminos hacia el pozo que pueden haber crecido demasiado y estar ocultos, a abrir pozos que una vez fluyeron, pero que se han obstruido, contaminado, estancado o simplemente se han perdido? Si se me ha dado de beber, no puedo acapararlo para mí; debo compartir mi fuente de vitalidad y conducir a otros a la misma fuente de agua. ¿A quién? ¿A quién? ¿A quién?

Reflexiones:

Lávame. Sí, límpiame, inúndame, enjuágame, remójame, báñame, en ese estanque, fuente, océano, de tu vida.
(Wendy Wright, Sagrado Corazón: Puerta de Dios, p.59)

Rezar:

Corazón de Jesús, Jesús, nuestro Abogado, nuestro Consejero, Hijo unigénito de Dios, da la abundancia de tu vida a todos los que te buscan con corazón sincero. En ti está la esperanza del futuro. Dirígenos hacia el Agua de la Vida para que nuestra sed sea saciada y "como el ciervo que anhela el agua corriente", que siempre encontremos en ti la corriente vivificante que refresca, nuestra alma anhelante. AMÉN

Gracias al Boletín de la Provincia de Guadalupe por esta Novena

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